miércoles, 14 de enero de 2015

Que ver en Múnich (Parte 2): La huella del diablo

Esta curiosa historia está basada en la construcción de la Catedral de Múnich, famosa por sus dos altas torres las cuales se pueden ver desde casi cualquier punto de Múnich. Esta entrada se centrará únicamente en la Catedral de Múnich y sus historias.


Como edificio interiormente es bastante austera, sin nada que destaque, así que pasa a ser visita obligada por su cercanía al centro y su historia, no por su belleza.

La primera historia, que más que historia es un dato, es que fue uno de los pocos edificios de Múnich que no se bombardeó totalmente, ya que sus dos altas torres servían a los bombarderos como guía para ubicarse sobre el cielo de la capital bávara. Esto no evitó que su altar quedara arrasado por las bombas. Hay algunas imágenes en el interior donde  podemos ver como quedó el templo después del bombardeo.


La otra historia, es la famosa leyenda de la huella del diablo. Cuenta la leyenda que desde la construcción de la catedral, el arquitecto se estaba quedando sin dinero para terminarla. Desesperado el pobre hombre y pensativo de cómo haría para terminar el edificio, se le apareció el diablo para pactar con él. Este le propuso que tendría todo el dinero necesario para terminar la catedral si prometía  que no habría ninguna ventana en el edificio. Sellaron el pacto y el arquitecto pudo terminar su construcción.

Una vez terminado, el diablo volvió a ver el templo que él había financiado, a lo que se encontró un templo lleno de ventanas. Horrorizado, llamó al arquitecto pidiéndole explicaciones y amenazándole de que se pudriría en el infierno.

Tranquilo, el arquitecto se llevó al diablo donde hicieron el pacto, en la puerta frontal de la iglesia, y le contó que el no había construido ninguna ventana más, sino que cuando hicieron el pacto ya existían estas ventanas, pero que el  no las pudo ver. Realmente enfadado, el diablo clavó el pie en el suelo de la catedral, con tal fuerza que todavía se conserva su huella, y prometió que nunca volvería a pisar esa catedral ya que había sido engañado por el arquitecto.

Aún se puede ver la huella del diablo en la catedral y desde esa posición no se puede ver ninguna ventana salvo una, que está encima del altar, que fue construida posterior al bombardeo y por lo tanto posterior a la leyenda.


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